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Os comparto en este artículo tres formas de motivar a los niños (y quizá no tan niños) a la lectura. En el título he incluido "a la lectura de biografías" aunque en realidad muchas de estas ideas lo podéis aplicar a cualquier tipo de lecturas.
1. Despertar la pasión
Quizá lo más fascinante de la m/paternidad es ser testigos de la evolución de un niño. Siempre he pensado que una de las labores más bonitas como padres es ayudarles a descubrir su pasión. ¿Cómo se puede hacer? En el tema de la lectura sería poniendo a su disposición desde pequeños muchos tipos de libros siempre adaptados a su edad. Te darás cuenta con el tiempo de que, aunque estén interesados por una amplia variedad de temas, siempre habrá alguno que será su favorito. Sobre ese asunto en particular pueden estar horas y horas leyendo y nunca se cansan. Por ejemplo, en mi casa, a uno de mis hijos le encantan los dinosaurios, otro prefiere los deportes (y el fútbol, en particular) y el otro los superhéroes.
2. Crear espacios de lectura
Os voy a contar un plan que hemos puesto en práctica en nuestra casa en diferentes momentos y siempre con muy buenos resultados. Entre nosotros lo llamamos "la hora de la lectura". Acordamos que todos los sábados por la tarde fijaríamos una hora como momento especial para leer juntos. Como en casa tenemos niños de distintas edades y habilidades lectoras, la primera vez que lo hicimos había una gran mayoría que no sabían leer, así que los mayores iban leyendo por turnos un libro que previamente habíamos decidido entre todos. Al final, comentábamos lo que nos había parecido el libro o qué pensábamos que nos quería decir el escritor. Lo más difícil era siempre que efectivamente fuera solo una hora lo que leíamos, ya que siempre querían estar más tiempo.
3. Jugando con las historias
El juego es la forma por excelencia de aprendizaje en los niños, todos lo sabemos. Otros recursos que también hemos desarrollado en casa es no leer libros, sino escribirlos nosotros. Os dejo un par de ideas que hemos puesto en práctica:
- Esta primera que os cuento la solemos hacer desde que eran muy pequeños en la hora de la cena o la comida. Uno empieza una historia y dice una frase, él siguiente tiene que continuarla y así por turnos hasta que se decida acabar la historia. Hemos pasado ratos muy entretenidos con este juego que se puede jugar a casi cualquier edad. Luego algunas veces ellos han decidido escribir la historia y dibujarla y pintarla y... aquí la imaginación no tiene límites desde el papel hasta la plastilina, pasando por... ya me entendéis.
- El segundo juego (al fin) tiene que ver con biografías. Se puede hacer en dos modalidades distintas: una sería trabajar sobre la propia biografía y otra investigar sobre un personaje que al niño le interese. En el primer caso, se puede pedir al niño que piense varios (2, 3...) momentos que hayan sido importantes para él en su propia vida y sobre ellos cuente su historia. Después podemos ayudarle a buscar fotos para "iluminarlos" o escribirlo en una cartulina o en el soporte que os guste más. En el segundo caso, básicamente sería igual pero sobre el personaje elegido.